Bajo el título de “Adaptación, Flexibilidad y Manejo de la Incertidumbre”, Leonardo Medrano, vicerrector de Innovación, Investigación y Posgrado de la Universidad Siglo 21, habló del estrés y su impacto en la productividad. Dijo: “Si el estrés significa una fase de tensión y otra de recuperación, es saludable. Ahora si hay tensión, tensión, tensión, sin recuperación, es estrés crónico”.
A través del Departamento de Capacitación y Formación Profesional, a cargo de la prosecretaria Ana María Miñones, se desarrolló un nuevo encuentro virtual, que estuvo a cargo del doctor Leonardo Medrano, vicerrector de Innovación, Investigación y Posgrado de la Universidad Siglo 21, aliada estratégica de la Federación en temas de capacitación de empresarios y empleados. El disertante es doctor en psicología, docente, investigador, autor de libros, especializado en el estudio de los problemas emocionales y el estrés. “Siempre decimos que los espacios de incertidumbre y crisis también motivan al cambio, son oportunidades para ejercicios de la resiliencia. Estamos en un contexto que, por distintos factores y por una tendencia a nivel mundial, nos expone a cambios y a situaciones nuevas y tenemos esta necesidad constante de ir adaptándonos, adquiriendo nuevas competencia que nos permitan generar transformaciones beneficiosas para nosotros”.
Aprender a gestionar el estrés
Leonardo Medrano habló del cortisol, una hormona que se libera como respuesta al estrés, y ofrece un extra de energía para hacer frente a una amenaza o una situación desafiante. Dijo que lo importante es que, una vez que uno se enfrenta a esa amenaza, se pueda recuperar: “Si el estrés significa una fase de tensión y otra de recuperación, es saludable. Ahora si hay tensión, tensión, tensión, sin recuperación, hay estrés crónico”.
Indicó que el estrés es una respuesta que tiene el organismo cuando percibe una demanda que supera nuestros recursos. “Durante la pandemia por COVID hubo crecimiento de los niveles de estrés, con una situación que iba empeorando y nos tenía a todos en vilo. El impacto fue mundial. Hubo una caída sistemática de los niveles de bienestar en el ámbito laboral”. El bienestar es deseable para las personas, pero además genera consecuencias positiva, ofrece la posibilidad de afrontar mejor las situaciones y desafíos que se presentan y permiten desarrollar mejor el talento.
Se refirió al aumento del Burnout o agotamiento por cuestiones laborales en tiempos de coronavirus: “Uno no piensa igual cuando está sometido a situaciones de estrés, y esa forma de pensar se vuelve contraproducente”, y agregó que “el conocimiento permite resolver problemas, porque se tienen más estrategias para poder afrontarlos y resolverlos. El estrés no es malo, el tema es si el estrés se vuelve crónico, por eso es buena idea diferenciar e identificar las fases intermedias”.
Camino hacia el estrés crónico
Desde la Universidad Siglo XXI realizaron un estudio que publicaron en una prestigiosa revista internacional, donde se observó que el año pasado con la pandemia por COVID hubo un incremento abrupto de estrés, equivalente a cinco años con dificultades.
El especialista indicó que hay distintas formas de estar estresados: “Entre el bienestar y el estrés crónico hay cuatro fases intermedias”.
• Fase Engagement: persona con energía que disfrutan del trabajo, que ponen dedicación y vigor. Estas personas tienen poco cortisol.
• Fase Esfuerzo: en esta fase se experimenta dificultad para concentrarse, problemas para relajarse, preocupación incontrolable, insomnio, dolores tensionales, sensación de cansancio. Aunque experimente esos síntomas, el empleado pone voluntad en el trabajo, aunque se siente sobre exigido.
• Fase Cinismo: se siente pérdida de interés en el trabajo, sensación de pérdida de significado, estados de cinismo. En esta fase, se siente que el trabajo no tiene sentido, se puede dar una crisis vocacional.
• Fase Burnout: caída del vigor, agotamiento emocional intenso, dificultad para hacer actividades placenteras, se siente desesperanza.
Explicó que todo es reversible. “Las personas nos vamos moviendo constantemente entre un polo y otro. Lo importante es entender dónde estamos y saber que el estrés no se va solo, se necesita una actitud proactiva”, agregó.
Qué podemos hacer
Existen cuatro pasos para la gestión del estrés y las emociones:
• Re-evaluar las demandas y los recursos: Identificar problemas, saber si estoy agrandando los problemas o minimizando los recursos económicos, sociales, psicológicos. Hay que buscar mayor amplitud, sacar el foco de atención en la amenaza, ordenar las demandas.
• Planificar o Aceptar: hay que saber si el problema está dentro del control de uno mismo. Si no se puede manejar, hay que dejar de invertir recursos en eso, significa aceptar y ser más inteligente en la gestión de los recursos.
• Afrontar: hay que combatir la situación de evitar los problemas.
• Recuperarse: desconectarse y hacer actividades placenteras.
Medir el estrés
El especialista explicó que, según la Organización Mundial de la Salud, el sector de los trabajadores es el que más contribuye al crecimiento socioeconómico de un país. También manifestó que si en un sector hay muchos empleados son síndrome de Burnout se vuelve menos productivo, por lo que, además de un problema a nivel salud, tienen impacto social y económico. Aconsejó a los líderes empresarios tomar medidas estratégicas para resolver situaciones de estrés en sus organizaciones.
Leonardo Medrano dijo: “La Universidad Siglo 21 tiene como misión promover una transformación y un progreso social. Creemos que el manejo del estrés es un tema crítico por eso hemos creado una medición de los niveles de estrés de las organizaciones y empresas, que realizamos de forma gratuita”.