En 2017 la Pizza fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, debido a su rol en la vida social y la transmisión de este arte culinario entre generaciones. Más de dos millones de personas en todo el mundo respaldaron la petición con su firma. El Tango, el Chamamé y el Filete porteño son los tres “bienes culturales” de Argentina.
Todos los años, el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se reúne para evaluar las candidaturas presentadas por los Estados Partes en la Convención y tomar una decisión acerca de la inscripción de las prácticas y expresiones culturales del patrimonio inmaterial. En 2017, respaldado por una petición mundial de más de 2 millones de firmas e impulsado por Italia, incluyeron a la Pizza en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Según la UNESCO, “el arte de los pizzaioli napolitanos es una práctica culinaria consistente en preparar en cuatro etapas la masa de una pizza y hornearla con fuego de leña, dándole vueltas. Esta práctica cultural nació en Nápoles, la capital de la región de Campania, donde viven y trabajan actualmente unos 3.000 pizzeros que mantienen estrechos lazos de convivencia con las comunidades locales”.
Argentina
En 2020, se incluyó en la Lista al “Chamamé”, considerado una expresión cultural extendida especialmente en la Provincia argentina de Corrientes y en el Litoral, que expone valores esenciales: “el amor a la tierra en que se ha nacido y a su fauna y flora; la devoción religiosa; y la ñande reko guaraní, es decir la manera de ser y estar de los humanos en armonía con la naturaleza y la espiritualidad.
En 2015, ingresó a la lista el “Filete porteño de Buenos Aires, una técnica pictórica tradicional, que combina los colores vivos con estilos tipográficos específicos”. El motivo es que esta modalidad artística impuso una nueva estética, con imágenes que guardan relación con el patrimonio cultural de la ciudad, incorporan elementos de carácter social o religioso y constituyen una forma de memoria colectiva.
En 2009, el Tango, tradición argentina que nació en la cuenca del Río de la Plata y hoy es reconocida en el mundo entero, ingresó al Listado. En esta región, donde se mezclan los emigrantes europeos y los criollos, se produjo una amalgama de costumbres, creencias y ritos que se transformó en una identidad cultural específica. Entre las expresiones más características de esa identidad figuran la música, la danza y la poesía del tango que son, a la vez, una encarnación y un vector de la diversidad y del diálogo cultural.
El mundo
El patrimonio cultural inmaterial o “patrimonio vivo” se refiere a las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación. Proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad: favorece la creatividad y el bienestar social, contribuye a la gestión del entorno natural y social y genera ingresos económicos. Numerosos saberes tradicionales o autóctonos están integrados, o se pueden integrar, en las políticas sanitarias, la educación o la gestión de los recursos naturales.
La Convención de la UNESCO de 2003 para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial tiene como objetivo la conservación de este frágil patrimonio, asegurar su viabilidad y optimizar su potencial para el desarrollo sostenible.
También forman parte de la lista, integrada por 629 elementos de 139 países, la elaboración del pan de especias de Croacia; la gastronomía de Francia; la cocina tradicional de Michoacán, México; la Fiesta de las cerezas de Sefrú, Marruecos; la pesca del Camarón a caballo en Bélgica; la cultura y tradición del café a la turca de Turquía; el modo de preparar y compartir conservas kimchi en la República de Corea; la tradición cultural cervecera en Bélgica; los conocimientos y prácticas tradicionales de la búsqueda y extracción de la trufa en Italia; y la cultura de los “hawkers”, especies de restaurantes comunitarios, de Singapur.
Fuente: https://ich.unesco.org/es/
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