A continuación, se transcribe información emitida por la Filial Chaco, presidida por Aldo Santalucía. “El sector necesita una mirada especial, una ayuda, que se entienda que trabajamos día a día para hacer crecer a las ciudades”, dice, y agrega que la Provincia no tiene una temporada de verano que ayude.
Las políticas económicas y la falta de interés por el sector fueron influyentes para caer en lo que es la peor crisis del sector en la provincia. El 2018 está siendo un año difícil para muchos sectores, y el hotelero no escapa a esto, es más, según afirman desde la Asociación de Hoteles, Restaurantes, bares, Confiterías y Afines de Chaco, vive “la peor crisis de la historia de la hotelería en la Provincia”.
En lo que va del año ya son muchos los hoteles que han decidido cerrar sus puertas, esto se debe a la presión tributaria, el costo de los servicios públicos y la restricción de actualizar los precios “con la situación económica del país no podemos subir los precios, porque la gente no los pagaría, entonces entramos en una crisis donde nos vemos totalmente afectados, no podemos aumentar y lo que se cobra no alcanza”, afirman los empresarios.
Informan que se cerraron seis hoteles, de mayo hasta la fecha, y dicen que es alarmante ver la cantidad de puestos de trabajos genuinos que se han perdido. La hotelería en el Chaco es algo que se hace a pulmón “no somos un gran epicentro turístico, no tenemos siquiera una temporada de verano que nos salve y nos dé un poco de viento fresco”, declaró Aldo Santalucía, presidente de la Asociación de Hoteleros.
“El sector necesita una mirada especial, una ayuda, que se entienda que trabajamos día a día para hacer crecer a las ciudades, esto no es algo que esté pasando solo en la Provincia sino también en el país, pero necesitamos que vean que se están perdiendo grandes fuentes de trabajo. El dueño del hotel no lo cierra porque quiere, lo hace porque no puede más y para dejar de endeudarse, verdaderamente esta es una situación crítica para el sector”, sentenció Santalucía.