Tras dos días de intenso trabajo y el cierre con marco navideño en el Plaza Perito Moreno, concluyó la acción solidaria, que desde hace 12 años de manera ininterrumpida, es un clásico de El Calafate. Se llevó a cabo el 12 y 13 de diciembre, en las instalaciones del Könke Hotel y Sabores.
La Filial FEHGRA El Calafate, presidida por Vanesa Araneda, elaboró 1030 pan dulces, a partir de 18 tandas de amasada y horneados. Gran parte de la materia prima fue donada por Socios y no Socios y el resto comprada por la Filial. El cierre de esta Amasada se realizó el sábado 14, en horas de la tarde, en la Plaza Perito Moreno. El Padre Lito Álvarez fue el encargado de bendecir los panes dulces y a quienes colaboraron. También estuvo la visita de Papá Noel, quien recibió la carta de los chicos y se tomó fotografías con todos los presentes.
Por decisión de la Comisión Directiva este año parte de la producción fue donada a diferentes instituciones locales, con el objeto de que ellos se los hagan llegar a las familias que consideren necesitadas, o que los vendan para fondos que queden en su Institución, y otra parte estuvo a la venta por la Cámara. Con el dinero recaudado, se realizarán aportes a otras instituciones, tal como se viene haciendo en años anteriores. Las Entidades que recibieron esta colaboración directa fueron la Asociación de Bomberos Voluntarios de El Calafate EDJA Nº 11 “José Pantín”, el Jardín y Primaria de Educación Waldorf “Cruz del Sur”, Caritas y la Parroquia “Santa Teresita”.
La Amasada Solidaria es organizada por la Filial FEHGRA de El Calafate, con el apoyo de la Filial local de la AHT, la Municipalidad de El Calafate y la Secretaria de Turismo Municipal.
Utilizaron la siguiente materia prima:
• 70 kg frutas escurridas
• 37,80 kg pasas
• 21,60 kg de nueces
• 46 kg de azúcar
• 180 kg de harina
• 27 kg de levadura
• 720 huevos
• Almendras y cerezas solo decoración.
Las autoridades de la Filial agradecen a todos los que colaboraron en esta edición de la Amasada Solidaria, Instituciones y personas, ya sea ayudando en la elaboración y empaquetado, donando materias primas, colaborando en la logística o comprando un pan dulce. La suma de muchas manos hace posible que este clásico solidario crezca y llegue a más gente de El Calafate.