Liberan a cinco guacamayos rojos al norte del Gran Parque Iberá para fundar una nueva población silvestre. La Fundación Rewilding Argentina abrió las puertas del jaulón de Yerbalito, en donde los ejemplares fueron entrenados. El proyecto busca traer de vuelta la especie, que se extinguió en Corrientes hace cien años.
Cinco guacamayos rojos juveniles forman el segundo núcleo de liberación de la especie en Corrientes, luego de más de cien años de extinción en la provincia, y medio siglo en toda la Argentina. El proyecto, que lleva adelante Fundación Rewilding Argentina junto con el Gobierno de la Provincia de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales, busca recuperar la fauna nativa de los Esteros del Iberá y generar un modelo sostenible de desarrollo a partir de la recuperación de ecosistemas y el turismo de naturaleza.
Si bien los Esteros del Iberá rebosan de vida silvestre, algunas especies nativas aún faltan para que este ecosistema vuelva a estar completo. Varios registros de exploradores entre 1809 y 1945 indican que, históricamente, el guacamayo rojo (Ara chloropterus) volaba en los cielos del norte argentino. Sin embargo, su caza para alimento, mascotismo y ofrendas, sumadas a la actividad ganadera que se desarrolló en los siglos XVIII y XIX lo llevaron a la extinción.
A partir de hoy, gracias al trabajo colaborativo entre gobiernos e instituciones como el Ecoparque de Buenos Aires y Fundación Temaikèn, suman 15 los guacamayos que habitan y sobrevuelan el norte del Gran Parque Iberá, dando mayor esperanza a que la especie vuelva a cumplir su rol ecológico en este ecosistema y ayude a revitalizar el bosque paranense.
Los cinco guacamayos se suman a una población inicial de ocho individuos que fueron liberados en el portal Cambyretá, al norte del Parque Nacional Iberá. Esta ave frugívora juega un papel crucial en el funcionamiento de las selvas correntinas, al dispersar frutos y semillas de gran tamaño de varias especies de árboles nativos. En el largo plazo, el proyecto busca devolver la integridad de las poblaciones de guacamayos y, en consecuencia, la integridad a los bosques de Iberá, fundamental para que estas aves puedan armar sus nidos y prosperar.